Mi historia no empezó con certezas ni con recursos. Empezó a los 20 años, sin capital, sin contactos y sin un plan perfecto… pero con una convicción inquebrantable: No nací para una vida pequeña.
Esa certeza me llevó a convertirme en la primera chilena en fundar una startup en Silicon Valley y a ser seleccionada para un programa de la NASA. Lo logré no porque tuviera todo resuelto, sino porque aprendí a confiar en mí incluso cuando no tenía ninguna garantía afuera.
Pero mi vida nunca ha sido lineal.Años más tarde, volví a empezar desde cero: cambié de industria, cambié de país, cambié de identidad profesional… y permití que cada reinvención me moldeara y me revelara una versión más auténtica de mí misma.
Mientras construía empresas en Chile, Silicon Valley y Londres, también me construía por dentro.Estudié un Master of Science en Business Analytics, aprendí a programar, viajé a China a programas de negocios y, en paralelo, sostuve por más de 13 años una práctica espiritual diaria que se convirtió en mi ancla en los momentos más inciertos.
He vivido lo que significa emprender, liderar, fracasar, emigrar, crear algo desde cero, cerrar etapas, perderlo todo y volver a empezar.He construido una marca de alta costura que llegó a Londres… y también he sostenido silenciosamente procesos internos que nadie ve, pero que han sido determinantes para seguir avanzando.
Y después de todo ese camino, comprendí algo que hoy es el centro de mi trabajo:
Los resultados externos nunca van a sostenerte si por dentro estás viviendo en modo supervivencia.
Lo que realmente me levantó en cada etapa —los éxitos, las caídas, las despedidas y los nuevos comienzos— fue mi trabajo interno. Mi práctica espiritual. Mi mentalidad. Mi capacidad de volver a mí cuando el mundo me invitaba a perderme.
Ese es el corazón de lo que hoy hago.
Ayudo a personas ambiciosas a alcanzar sus metas más altas. Mezclo estrategia y sabiduría espiritual para que el camino sea más fácil, rápido y eficiente.